Microbiota y autismo: ¿Qué dice la ciencia sobre la conexión intestino-cerebro?
En los últimos años, cada vez escuchamos más hablar de la microbiota intestinal y su posible relación con el autismo. Pero, ¿qué significa realmente esto? ¿Y qué dicen los estudios científicos más recientes?
En esta entrada de blog vamos a explicártelo de forma sencilla, basada en dos estudios muy relevantes: uno general sobre el eje intestino-cerebro y otro publicado en 2023 en la prestigiosa revista Nature Neuroscience.
¿Qué es la microbiota?
La microbiota son los millones de bacterias buenas que viven en nuestro cuerpo, especialmente en el intestino. Estas bacterias ayudan a digerir los alimentos, protegen contra enfermedades y hasta tienen influencia en el sistema inmunológico y en nuestro estado de ánimo.
Y lo más sorprendente: también se comunican con el cerebro. Esta comunicación se llama “eje intestino-cerebro” y cada vez se descubren más conexiones entre lo que ocurre en el intestino y el funcionamiento del cerebro.
¿Qué se ha descubierto en personas autistas?
Muchos estudios han encontrado que algunas personas autistas tienen una microbiota intestinal diferente a la de personas no autistas. Esto no significa que la microbiota cause el autismo, pero sí que podría influir en cómo se manifiestan ciertos síntomas, especialmente los digestivos, inmunológicos y conductuales.
Por ejemplo, es común que niños autistas tengan:
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Problemas gastrointestinales (estreñimiento, diarrea, gases).
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Reacciones más fuertes a ciertos alimentos.
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Cambios de humor relacionados con molestias digestivas.
Todo esto puede alterar su bienestar y comportamiento. Por eso es importante tener en cuenta la salud intestinal como parte de un enfoque integral en el acompañamiento del autismo.
El estudio de Nature Neuroscience (2023): una nueva mirada
Un grupo internacional de investigadores analizó datos de alimentación, bacterias intestinales, señales del sistema inmune y actividad genética cerebral en niños autistas. Y encontraron algo asombroso: estos elementos formaban patrones que estaban conectados entre sí (Needham et al., 2023).
Es decir, no estamos hablando solo de “bacterias diferentes”, sino de una red compleja donde:
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La dieta influye en las bacterias.
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Las bacterias influyen en sustancias químicas del cuerpo.
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Estas sustancias afectan al sistema inmune.
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Y todo esto, junto, influye en el funcionamiento del cerebro.
Este estudio propone que en muchos niños autistas existe una especie de “firma funcional del eje intestino-cerebro”, lo que abre nuevas puertas para entender mejor el autismo y para pensar en intervenciones integrales que consideren también la salud digestiva.
¿Qué puede hacer una familia?
Aunque la ciencia avanza, aún no hay tratamientos oficiales basados en la microbiota para el autismo. Pero sí podemos tener en cuenta algunos aspectos:
✅ Atender la salud digestiva: si hay molestias frecuentes, es importante consultarlo con el pediatra o gastroenterólogo.
✅ Alimentación equilibrada: frutas, verduras, alimentos fermentados (como el yogur o el kéfir), y evitar ultraprocesados puede ayudar a mejorar la microbiota de forma natural.
✅ Evitar remedios milagro: hay muchas modas en redes sociales que prometen curas milagrosas para el autismo a través de dietas o suplementos. La ciencia todavía está estudiando esto, y lo más seguro es actuar siempre con orientación médica.
Conclusión sobre microbiota y autismo
El intestino y el cerebro están más conectados de lo que imaginábamos. En las personas autistas, estas conexiones parecen ser aún más importantes. Aunque aún no tenemos todas las respuestas, cuidar la salud intestinal puede ser un paso más para mejorar la calidad de vida de muchas familias.
En Galaxia Autista seguiremos compartiendo información clara y basada en evidencia para que puedas tomar decisiones con confianza y conocimiento.
Bibliografía
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Needham, B. D., Adame, M. D., Serena, G., Rose, D. R., Kwon, Y. M., Guan, D., … & Mazmanian, S. K. (2023). Systematic integration of biomedical data reveals an integrated functional architecture of the autism gut–brain axis. Nature Neuroscience, 26(10), 1522–1534. https://doi.org/10.1038/s41593-023-01361-0
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Fundación Querer. (2023). Microbiota y autismo: la conexión intestino-cerebro. [Resumen de estudios y avances]. Recuperado de https://elpoderdelaeducacion.fundacionquerer.org